Se me viene a mi mente este tema por la gran cantidad de niños y adolescentes que han quedado sin sus madres porque ellas viajaron, según sus deseos y planes a buscar mejores oportunidades para poder ayudar y solventar las necesidades de sus hijos. Pero se me ocurre una pregunta ¿sera que el dinero llena el vacío de un abrazo, un "te amo hijito", un beso al llegar a casa?
Jamás el dinero llenará ese vació en la vida de su hijo/a. Veo con tristeza y escucho a jóvenes que comparten diciendo que no es lo mismo al ver llegar a su madre de nuevo a querer dar y recibir ese cariño tan deseado por sus hijos. No es lo mismo ver a una mujer que prácticamente dejó a sus hijos en manos y al cuidado de otros, que delegó y relegó sus funciones a otras personas (padres y hermanos, tíos, abuelos) que no realizarán su labor de enseñar, instruir ni mostrar un amor de madre, a sus hijos. No se olvide que nadie puede reemplazar el cariño de una madre aqui en la tierra.
Es por ese motivo esta reflexión. En la vida siempre tenemos que hacer decisiones importantes, la primera elegir por seguir a Cristo como nuestro salvador y guía de nuestras vidas, la segunda la elección con quien me voy a casar y dentro de esta decisión hablamos pues de desarrollar nuestros roles como Dios desea que se hagan es decir: tomar en serio mi función como esposa y como madre, si Dios me da hijos, desempeñar mis funciones tal como debo hacerlas, con gozo, con valentía, con sabiduría, y no malas ganas, la tercera es que puedo hacer para solventar mis necesidades.
En esta vida tenemos varios roles, unos fuera del hogar y otros dentro, y dentro del hogar nuestra función es enseñar, educar, e instruir a nuestros hijos, guiarlos en el camino del Señor, dirigirlos hacia una vida de adoración y amor a ese Dios que es su creador y que merece toda nuestra honra y gloria.
Querida mamá, le hablo de parte de Dios para que usted tome en cuenta este concejo: "No es bueno que usted se vaya a otro lado para ganar dinero y así paliar las necesidades de sus hijos, no es bueno que usted los deje a merced de otros. Tome su responsabilidad como un desafío, como una meta, sus hijos se lo agradecerán, críe, eduque y forje vidas de la mano y la sabiduría de nuestro Dios. Recuerde que sus hijos solo estarán pequeños una sola vez en sus vidas, y después usted tendrá la oportunidad de viajar, trabajar y hacer cosas que usted desea hacer, pero si ya tiene estos tesoros en sus manos, que son sus hijos, cuídelos, porque mañana Dios le pedirá cuenta por todas las decisiones que ha tomado aqui en la tierra, y todas las malas acciones con las cuales a actuado. Piénselo bien!
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